En un entorno donde más del 93 % de las experiencias online comienzan con una búsqueda (Search Engine Journal, 2023) y donde más del 70 % del tráfico web proviene de dispositivos móviles, seguir sin una estrategia sólida de SEO no es un descuido técnico: es una renuncia estratégica a la visibilidad, la captación y el crecimiento sostenible.
Y sin embargo, muchas instituciones educativas priorizan invertir en eventos o, influencers… mientras sus sitios web permanecen invisibles en la página 4 de Google (donde están los formularios para aplicar a los programas).
Y ya lo sabemos: nadie llega a la página 4.
Google no es solo un buscador. Es el campo de batalla por la matrícula.
Durante años, el SEO fue malinterpretado como una tarea técnica, aislada del núcleo estratégico. Hoy, es uno de los activos más valiosos para captar estudiantes, fortalecer la marca institucional y reducir el costo de adquisición de manera sostenible.
Y lo más preocupante: muchas instituciones no son conscientes del terreno que están perdiendo… hasta que las cifras de matrícula comienzan a caer.
¿Realmente vale la pena? Estas son tres verdades difíciles de ignorar:
1. Los programas que no se encuentran, no existen
No importa cuán sólida sea la oferta académica. Si alguien busca “estudiar ciberseguridad online” o “maestría en finanzas” y la institución no aparece en los primeros resultados, ese programa no existe para el mercado.
2. El tráfico (y la matrícula) se la lleva quien aparece primero
- 67 % de los clics van a los primeros cinco resultados de Google (Backlinko, 2023).
- Solo el 0,78 % de los usuarios llega a la segunda página (Ahrefs, 2023).
- En la práctica, el tráfico orgánico —y la oportunidad de conversión— se la lleva quien está mejor posicionado. Y con ello, la matrícula.
3. No ser visible, debilita la marca
En el entorno digital, la autoridad es percepción. Quien aparece primero es visto como más confiable, sólido y relevante.
Y no hablamos de resultados patrocinados: hablamos de presencia orgánica, la que genera confianza real.
El SEO no es un gasto: es capitalización digital
A diferencia del SEM —que depende del presupuesto activo— el SEO construye presencia acumulativa. Una buena estrategia:
- Mejora el embudo de captación.
- Optimiza campañas pagas con datos reales.
- Fortalece la narrativa institucional.
- Atrae tráfico con intención concreta de matrícula.
Y todo eso, sin necesidad de reinvertir constantemente.
¿Por qué tantas instituciones no lo priorizan? Es una pregunta clave, con respuestas estructurales:
- Porque no hay liderazgo que impulse el proyecto.
- Porque aún se cree que el SEO es un “complemento técnico”.
- Porque se espera que el tráfico llegue por campañas o por marca.
- Porque no se lo vincula al negocio, sino a tareas operativas.
Algunas instituciones —y no pocos directivos— se mal acostumbraron a ver filas de alumnos para matricularse. Pero el mercado cambió. Y hoy, quien no aparece en búsquedas, simplemente no existe.
En educación, donde la decisión de estudiar puede tomar semanas o meses, estar presente en el momento correcto es lo que separa a quien capta de quien observa.
Las instituciones que entienden el valor del SEO no lo delegan a TI, ni lo ven como una tarea puntual. Lo integran como parte de su modelo, su posicionamiento institucional y su visión de escalabilidad.
El algoritmo no espera. Y el mercado tampoco. Ya tienes una estrategia SEO… o ¿sigue esperando desde la página 4?
Palabras clave:
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SEO para educación superior
En CISD podemos acompañar y guiarte en el camino hacia la mejora estratégica, podemos sumar fuerzas o podemos asumir un proyecto de crecimiento, cuéntanos en que punto estás y empecemos.