«Invertir en educación es invertir en el futuro». Suena bien. Casi inspirador.
La verdad es más clara (y más incómoda para algunos): la educación superior es un negocio, y uno altamente rentable.
Durante años, el discurso dominante ha querido vestir a la educación con un halo filantrópico. Pero los números y los movimientos del mercado cuentan otra historia. Fondos de inversión, grupos internacionales y plataformas tecnológicas llevan años participando y adquiriendo instituciones educativas, rediseñando estructuras y operando con foco empresarial. No por altruismo, sino porque el negocio de la educación funciona.
El verdadero problema no es que la educación sea un negocio. El problema es seguir negándolo y actuar como si no lo fuera.
¿Por qué la educación se ha convertido en una industria atractiva?
1. Flujo global de capital
Algunos defienden la educación como una institución orientada solo por fines académicos o sociales. Pero quienes estamos observando el mercado con visión estratégica vemos algo distinto:
- Millones de personas demandando formación.
- Millones de empleadores sin talento disponible.
- Modelos operativos desactualizados y estructuras que necesitan rediseño urgente.
La educación superior es, hoy, uno de los sectores con mayor potencial de escalabilidad y transformación. Fondos como KKR, Providence, IFC o Laureate han invertido de forma sostenida en universidades, plataformas edtech y modelos híbridos. Según HolonIQ, la inversión mundial en tecnología educativa superó los USD 20.800 millones en 2023 y se proyecta que alcanzará los USD 400.000 millones para 2030. El capital global no solo mira educación: la compra.
2. Demanda estructural sostenida en América Latina
La región enfrenta un desequilibrio estructural entre oferta educativa y demanda de talento cualificado. El Banco Mundial advierte que se necesitan 21 millones de empleos cualificados antes de 2030. Esto abre una ventana clara para modelos educativos más ágiles, técnicos y escalables.
3. Nuevos modelos, mejores márgenes
La educación online en América Latina creció un 35 % entre 2020 y 2024, según ICEF Monitor. Lo digital ya no es una tendencia, es una ventaja competitiva. Los modelos que combinan automatización, modularidad y expansión regional reducen costos y amplían ingresos, algo que muchos actores tradicionales siguen sin comprender.
Mientras muchas instituciones siguen invirtiendo en ladrillos (algo muy común en Latinoamerca), las que entienden el mercado invierten en tecnología, data y experiencia del usuario.
Mientras Europa y Estados Unidos deslocalizan operaciones hacia América Latina, muchas instituciones de la región están perdiendo competitividad frente a grupos con visión empresarial, tecnología avanzada y procesos estandarizados.
Esto es una carrera que empezó hace mucho tiempo y muchos ya tienen ventaja
Los grupos globales no buscan solamente discurso académico. Buscan estructuras escalables, rentables y gestionables como empresas, integrándolas a su red, profesionalizando su gestión y compitiendo con propuestas de alto valor percibido. Están creando ecosistemas donde el estudiante recibe más por menos, y donde la escalabilidad es parte del modelo operativo.
En ocasiones compran grandes participaciones, en otras se convierten en socios estratégicos y en algunos casos absorben por completo al adquirido y lo rehacen desde 0.
¿Y las instituciones locales?
La mayoría aún no han entendido que esto ya empezó. Y cuando quieran reaccionar, puede ser tarde.
¿Qué debería estar haciendo hoy una institución que quiere sobrevivir?
Para empezar dejar de pensar únicamente como centro académico, y comenzar a operar como organización escalable.
- Incorporar en el equipo perfiles con visión estratégica, formados con capacidad de llevar las instituciones a otro nivel
- Digitalizar procesos no por estética, sino por eficiencia y margen.
- Construir un equipo con visión de negocio.
- Medir lo que importa: CAC, LTV, retención, inserción laboral, margen por programa.
- Rediseñar la propuesta de valor con enfoque en empleabilidad e impacto
CISD trabaja con instituciones que quieren jugar en primera división
No basta con tener historia. Hoy, gana quien sabe estructurar su modelo para competir, crecer y transformar. La educación no va a dejar de ser un negocio. Pero quienes se nieguen a tratarla como tal, lo perderán.
Hemos estado en ambos lados de la mesa, hemos participado en grandes adquisiciones, sabemos lo que está pasando y la velocidad con la que está pasando, es momento de evolucionar y estamos aquí para apoyar a quien quiera avanzar.
Desde CISD, trabajamos junto a las instituciones educativas que quieren estar al día y crecer, siempre con foco en resultados sostenibles y crecimiento con propósito.